Y de repente, un día empezó a andar y ya no ha parado desde entonces. Un día se alejó de la mesa y recorrió el salón.
Ahora no hay quién la pare ya. Su curiosidad, su fuerza, su ambición le han llevado a dar ese pequeño paso para la humanidad pero gran paso para ella.
Empezaremos el año caminando hacia delante, mirando al frente, levantándonos después de caer las veces que sea necesario. Feliz 2010.