Adriana no puede decidir. Está en manos de sus padres. Ellos deciden por ella. Y por extensión, está en manos de las decisiones de los adultos. De todas formas, cuando no está de acuerdo con algo presenta su enérgica protesta. Si la pones tumbada y quiere estar de pie, si le das de comer y quiere dormir, ella protesta. Cuando algo no le gusta, el llanto es la manera de expresar su disconformidad. Por eso podemos llegar a afirmar que el Real Zaragoza es su equipo. Sus titos le pusieron el otro día la bufanda del Zaragoza y no protestó. Es pues, zaragocista. Pero, si hubiera sido la camiseta del Madrid probablemente hubiera protestado. Como cuando lleva mucho tiempo con el pañal sin cambiar o cuando le intentas meter el vestido por la parte de la cabeza. Palabra de padre. Lo que no quiere decir que en un par de años cambie de chaqueta, como los adultos, y se haga de otro equipo.
Adriana todavía no puede decidir si es del Zaragoza o del Liverpool. Bueno, ni siquiera puede decidir si le gusta o no el fútbol. Pero lo que ya no podrá decidir es que la primera bufanda de un equipo que se puso en la vida fue la del Zaragoza.
Aunque luego no vea un partido de fútbol en toda su vida.
Algo, por otra parte, bastante improbable en los tiempos que corren.
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